PEGATINA NAZI

Por Carlos Galli.
Alguien ordenó. Otros cumplieron.
La Ciudad de Buenos Aires amaneció empapelada con un afiche asqueante. Repulsivo. Doloroso. Preocupante. Repugnante.
Burlándose del Holocausto. Una turrada.
Idea de algunos personajes oscuros de la dirigencia política y realizada por varios publicistas que, además sin dudas cobraron por hacer semejante canallada.
Un despropósito. Tienen que ser «personas» que destilan odio y rencor.
Que creen que hay lugar para la burla a todos aquellos que sufrieron la barbarie del nazismo. Ningún dirigente del alicaído y desorientado del Frente de Todos (que cada día son menos), quedó en silencio stampa. No fueron capaces de repudiar esa brutal pegatina, dónde se destaca la cruz teutona, mejor explicado, la cruz nazi con un círculo amarillento.
Inmorales o amorales. Eso son aquellos que lo ordenaron, y los que obedecieron.
Se que la política tiene muchos H de P. Pero nunca imágenes que en un Estado de Derecho y en democracia, unos dementes sientan que es un momento ideal para recordar a la nefasta policía del terrorífico nazismo.
Están aquellos que sintieron algo de vergüenza y salieron a tratar de despegarlos. Pero el daño y el dolor ya lo lograron.
Debería saber que todavía hay seres humanos, de carne y hueso y un corazón noble, que lloran el Holocausto. Pero a quienes lo pensaron, esto no les importa un carajo.
Sería bueno que mañana mismo hagan un afiche pidiendo PERDÓN, con la Estrella de David y un Crucifijo.
Aunque es mucho pedir. Es pedirle peras a los olmos.




