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Opinión

YA NADA SORPRENDE

Por Carlos Galli.

El Presidente de la Liga por los Derechos Humanos, José Schulman, fue citado a una indagatoria. El mencionado y nefasto personaje, insultó y pego a una empleada de la terminal de micros de Santa Clara del Mar.

El próximo jueves 24 de de febrero, el » funcionario» que no funciona, debe presentarse en la Ayudantía de Mar Chiquita, qué depende del Departamento Judicial de Mar del Plata.

Amenazó a una joven empleada, a quien agredió físicamente, importándole un carajo la Ley de Género. Un violento que preside una liga en favor de los Derechos Humanos. Un despropósito. Es como que un zorro o una comadreja cuide el gallinero.

La sociedad en su conjunto lo ha repudiado, ¿Pero alcanza?

¿Cuál será el castigo que imponga la Justicia?

¿Quién lo eligió para presidir una liga que debería ser un lugar sacro?

Los argentinos padecimos por años la falta de DD.HH.. Con los militares genocidas, imposible. Y en un Estado de Derecho, muchas veces… también.

Está comprobado que los argentinos tenemos extrema paciencia con personajes oscuros, que dañan con sus actos a una comunidad organizada. Este poco hombre, no tiene principios, ética, es lisa y llanamente un amoral, ni siquiera es un inmoral.

Que un tipo de esta calaña, presida una liga por los DD.HH., puede ocurrir solamente en un país mediocre, dónde muchos creen que tienen la verdad absoluta y revelada, y son como los sepulcros, blancos y limpios por fuera pero por dentro llenos de podredumbre.

José Schulman, el «guapo» pegador de mujeres, merece el desprecio y el repudio, no solo de las mujeres, sino de todos aquellos que ya no queremos más violencia de género. Y ningún otro tipo de violencia. Estos violentos que se esconden detrás de una investidura que no merecen deben ser despedidos, y realizar trabajos pesados en un lugar alejado de la gente de bien. Tenerlos por un tiempo a pan y agua, detrás de barrotes oxidados.

Pero como decía Julio Grondona, «TODO PASA».

Pronto se olvidará el acontecimiento vergonzoso, y hasta puede ocurrir que siga ocupando su cargo.

Por ahora pidió licencia. ¿Cuándo pedirá perdón?

El partido Comunista al cual pertenece repudió a su «camarada». Queda claro que no aprendió nada. Su militancia evidentemente es, fue y será muy pobre.

Schulman, es fácil agredir y pegarle a una mujer, lo difícil es poner el pecho ante los milicos genocidas y ponerlo ante la derecha recalcitrante, a la cual seguramente nunca se atrevió a enfrentar, por falta de huevos.

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