A 38 AÑOS

Por Carlos Galli.
En 1983, cuando llegó nuevamente la tan ansiada democracia, que costó lágrimas y sangre, todos los militantes del campo popular hicimos lo posible y hasta lo imposible para que asumiera los destinos del país, ser una Nación, y una verdadera República, un Presidente Constitucional y democrático.
Asume por entonces, el radical Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, que logra vencer ampliamente a una patética fórmula del Justicialismo que no conformó a los peronistas, dónde me incluyo.
Ítalo Argentino Luder y el chaqueño Bittel, eran lo más denso y patético del PJ. Obviamente, no tenían un ápice de revolucionarios. Eran lo más rancio del partido que fundara el General Perón. Un conservador y un peruca reaccionario. Pese a todo, la Democracia y el Estado de Derecho, transitó por un camino espinoso, fangoso, resbaladizo, que tuvo que superar 16 paros generales y un intento de golpe de Estado, perpetrado por un sector militar que se autodenominaron «Caras Pintadas».
Una vez más, el peronismo auténtico puso el pecho junto al pueblo y defendió a rajatabla las instituciones.
Treinta y ocho años pasaron, y en este lapso hubo gobiernos neoliberales disfrazados de peronismo, como fue el menemismo.
Una alianza entre un radical y un » progre», como lo fueron el Dr. Fernando de la duda (Rúa) y Chacho Álvarez, que duró menos que una hoja en la tormenta. Eran agua y aceite. A los ocho meses renuncia Chacho y comienza el incendio. Mucho antes de terminar su mandato, el debilitado presidente de la Nación se escapó de su despacho, y se rajó con un helicóptero, previo dejar un centenar de muertos en todo el país.
Asume después de varios personajes nefastos que se sentaron en el sillón de Rivadavia, el Dr. Eduardo Duhalde, un fiel reflejo de la derecha peronista. Creó los piqueteros, en su gestión asesinaron a Kosteki y Santillán.
Después, desde el sur del país apareció un tal Néstor Kirchner, y más tarde su esposa, la Dra. Cristina Fernández, con dos periodos consecutivos. Algunos le dijeron NO a la Cristina eterna.
Luego presidió el país el Ingeniero Mauricio Macri. Un liberal de ultra derecha y enamorado del capitalismo salvaje y esclavizante, alejado del pueblo y amigo de los medios hegemónicos y de las multinacionales.
Está nota de opinión, con historias viejas y conocidas, solo es la excusa para hacerme algunas preguntas:
¿Valió la pena la sangre derramada por compañeros y compañeras?
¿Valió la pena las torturas y flagelos que padecimos en diferentes centros clandestinos?
¡Valió la pena aquella lucha armada contra los militares genocidas y los Grupos de Tarea (GT) y la nefasta Triple A creada por el brujo López Rega?
¿Valió la pena tanto dolor, angustia y sangre derramada? Todos los días me hago estás mismas preguntas y nadie me da respuestas.
Luchamos para que la Patria VIVA, y el resultado fue que la Patria fue FUSILADA.
La gran mayoría de mi generación fue olvidada, aún por esta coalición gobernante que es una bolsa de gatos, que creen que con fundar un Museo de la Memoria todo está solucionado.
Muchos nos siguen tratando de guerrilleros y subversivos, cuando la realidad es que fueron, fuimos y seremos HÉROES, MÁRTIRES y PATRIOTAS.
Si está nota de opinión los jode, les molesta a los dirigentes de todo el arco político, es Mi mayor alegría. Que los joda y los moleste.




