AÑORANZAS

Por Gabriel Princip.
Yo me acuerdo que esto con Perón no pasaba. Tiempos eran los de Cristina. ¿Y la doctrina, dónde está la doctrina? Este Alberto es radical, es progre, todo es historia diría Felix Luna.
El peronista vive en una nostalgia permanente, mientras el soldado de la clase media se la pasa insultando, explicando que este es el peor país del mundo gracias a Perón y que el futuro será peor. Pero lo que pasa hoy no es muy diferente del ayer.
En 1940 Raúl Scalabrini Ortiz decía “todo lo material, todo lo venal, transmisible o reproductivo, es extranjero o está sometido a la hegemonía financiera extranjera. Extranjeros son los medios de transportes y de movilidad. Extranjeras las organizaciones de comercialización y de industrialización de los productos del país. Extranjeros lo productores de energía, las usinas de luz y gas. Bajo el dominio extranjero están los medios internos de cambio, la distribución del crédito, el régimen bancario. Extranjero es gran parte del capital hipotecario y extranjeros son en increíble proporción los accionistas de las sociedades anónimas”. Lo dijo en 1940, el preperonismo. ¿Encuentra usted algún parecido en la Argentina de estos tiempos, desde el 2015 a la fecha?
También el pensador nacional en ese año siguió escribiendo. En su libro ‘Política Británica en el Río de la Plata’ dijo: “Computé los elementos primordiales de la colectividad y verifiqué con asombro inenarrable que todos los órdenes de la economía argentina obedecían a directivas extranjeras, sobre todo inglesas… A partir de 1853 la historia argentina es la historia de la penetración económica inglesa… Ferrocarriles, tranvías, teléfonos y por lo menos el 50 por ciento del capital de los establecimientos industriales y comerciales es propiedad de extranjeros, en su mayor parte ingleses… Todo esto explica por qué en un pueblo exportador de materias alimenticias puede haber hambre. Es que ya al nacer el trigo y el ternero no son de quien lo sembró o los crio sino del acreedor hipotecario, del prestamista que adelantó los fondos, del banquero que dio un empréstito al Estado, del ferrocarril, del frigorífico, de las empresas navieras… de todos menos él”.
Estamos hablando de 1940, de la Década Infame, usted pregunto ¿No lo encuentra parecido al tiempo que se inició en el 2015? Entonces si es parecido estamos viviendo el preperonismo, o sea estamos esperando el retorno de Perón, del siglo XXI. Por eso ¿Qué le podemos pedir a Alberto?, que no festeje cumpleaños. ¿Qué le vamos a pedir a Massa?, que no vaya tan seguido a la Embajada, ¿O a Cristina? que está sometida por la oligarquía a través del poder judicial en convivencia con algunos traidores que dicen llamarse peronistas. Hoy no podemos pedir el peronismo del ’46, ni de comienzos de este siglo, sino ser inteligente y aguantar hasta que vuelva Perón, reencarnado en quien sabe quién.
Hoy mientras los partidos se dividen y restan votos al movimiento nacional, la oligarquía esta más fuerte y consolidada que nunca. Por eso recordemos a Rodolfo Walsh cuando decía “nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de luchas anteriores, la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece, así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas. Esta vez es posible que se quiebre ese círculo”.
Claro, después Walsh integró la lista de los 30 mil desaparecidos y el circulo sigue intacto, salvo en la época K. Por eso hoy hay que trabajar para volver al peronismo, hay que militar, votar e ir en busca de un líder y no de un gerente, ¿No le parece?




