EMPIEZAN A FUNCIONAR

Por Gabriel Princip.
El recambio ministerial se empieza a notar. Aníbal Fernández no descansa. Se trasladó a Rosario para tratar de solucionar la inseguridad en la ciudad que vio nacer a Olmedo y al ‘Che’. Mientras Aníbal no duerme, la ex ministra de seguridad sigue haciendo crucigramas como en sus tiempos de funcionaria.
El canciller Cafiero sigue frente al espejo y en voz alta dice ‘que lindo que soy’, lo mismo que hacía en su puesto de jefe de gabinete. Su reemplazo, Manzur, se reúne todos los días con dirigentes sociales e intendentes para tratar de solucionar las elecciones de noviembre. Julián Domínguez ya se reunió con algunos protagonistas del campo. Alberto Fernández hace lo de siempre, se saca la foto y nada más.
Manzur sigue trabajando y ya descabezó el Ministerio que no comunicaba. Biondi afuera, Meritello y los demás seguidores de Santamaría en prensa, a buscar trabajo. Ya ganaron suficiente en comisiones del poder real como para retirarse. La pregunta es, ¿La reemplazante del director de medios respetará los acuerdos con Clarín y La Nación, como lo hacía el hombre del sindicato de porteros, y atenderá a los medios regionales?.
Por ahora la historia está cambiando. Todavía faltan algunos funcionarios que no funcionan en el gabinete. Alcorta, la ministra de género, nadie sabe porque tiene ese cargo. La abogada de Milagro Sala fracasó en su gestión como abogada y en su trabajo en el Ministerio. Además, cuando hubo renovación en el gabinete, lo único que le dijo al presidente es que no había muchas mujeres. Alguien que le explique a Alcorta que las elecciones se ganan con votos, no con género. De hecho, ella ejerce un cargo que no merece, por los votos de una mujer, Cristina.
Alguien que le explique que se gestiona con capacidad, con audacia y épica… no con palabras políticamente correctas. Alguien que le diga a Alberto que Alcorta ya cumplió su ciclo y que hay mujeres en el peronismo con capacidad y votos que pueden reemplazarla.
En principio la imagen del gobierno comienza a cambiar. Insisto, todavía quedan inútiles dentro del gabinete, que el presidente protege porque confundió el gobierno con un club de amigos. De todas maneras, ya Cristina hizo lo suyo y logró un recambio, el resto queda en manos de las agrupaciones y su trabajo, que consiste en ir a buscar el voto de aquellos que ya votaron a la dupla de los Fernández y ahora se arrepintieron.
No es tan difícil lograr que el voto vuelva. Es cuestión de empatizar con quien te apoya, y no mirar desde arriba. No hay tiempo para la soberbia. Hoy es atender y escuchar al compañero, encontrar soluciones, y el día de la elección procurar que llegue al cuarto oscuro. Así se hacía antes, cuando el peronismo construía Frentes y ponía los votos. Hoy armar un consorcio para que el progresismo tenga buenos salarios ya se probó que no sirve. ¿No le parece?




