EL COVID Y EL FÚTBOL.
Por Carlos Galli.
Para el oficialismo, no pudo ser mejor momento que nuestra selección nacional de fútbol juegue tres días antes de las PASO, que solo sirve a los partidos minúsculos. El Presidente de la Nación, intenta infructuosamente recuperar su imagen, y que el partido por las eliminatorias se juegue con público.
Mientras la «versión» DELTA, ya está instalada en la sociedad, el primer magistrado, quiere ver la bombonera, o el monumental con 20.000 personas en las tribunas.
Su imagen, no la puede levantar ni con una grúa. El 9 de septiembre, día del partido, puede ser el principio del fin. Mientras los países serios están pensando y estudiando la posibilidad de una tercera dosis, en nuestro país algunos dirigentes del amplio abanico político, quieren a rajatabla que el fútbol vuelva con un 30% de aforo. Se utilizará como prueba «piloto». Miles de hinchas en las tribunas que, por ahora y solo por ahora, están vacías.
A pocas horas de la veda electoral, y «usando» el deporte colectivo más apasionante del mundo, el Frente de (casi) Todos, especula con el voto de los amantes del fútbol. Una vez más, se equivoca Doctor. Ahora resulta más beneficioso Messi, que un científico. Es mejor una cancha, que quedarse en casa. Es más popular un choripán, que un comedor comunitario.
Otro tiro al pichón, es que el Doctor Alberto Fernández, donaría parte de su sueldo como una reparación por los hechos acontecidos en la Quinta Presidencial de Olivos. ¿Y eso que soluciona, Presidente? ¿Combate el virus y evita más muertes?
Vamos Alberto, no sea tan ingenuo, o tan soberbio.
Volvamos al fútbol, pasión de multitudes, como esgrima un relator ligado a la última dictadura militar.
Un partido de fútbol en pandemia, es como ignorar que el agua moja, o que un reloj que no funciona, da la hora exacta dos veces al día.
Parecería que hay desesperación en el oficialismo. Siguiendo con el tema futbolero, no debería tenerla, la oposición «juega» con suplentes y algunos lesionados, con entorsis especialmente, en las extremidades derechas.
Pero volver el público a los estadios, es un golpe bajo a la salud física y mental de los ciudadanos. No todo es pan y circo, Presidente.
Hay que ser muy prudente, el pueblo necesita vacunas, no fulbito. El pueblo necesita tener salud, no gritar goles. Llenar canchas no le garantizan votos. No terminó la pandemia. Muchos infectólogos están aterrados ante semejante determinación, de que vuelva el fútbol con gente en las gradas. La Ministra Vizzotti, expresó que la variante DELTA acecha, y que puede instalarse masivamente entre la sociedad. Pero el enorme y descomunal negocio de la pelotita, todo lo puede. Los sponsors exigen, la AFA, la FIFA y la CONMEBOL obedecen.
La marca de las tres tiras, la del puma, las líneas aéreas, en especial las extranjeras, ¿Son más importantes que las vacunas?
TODO PASA, se podía leer en el opulento anillo del fallecido Julio H. Grondona. Parece que no hay nada más importante que el fútbol. Es una pasión popular, esto nadie lo puede negar, pero la salud del pueblo está por sobre todas las razones que se puedan esgrimir. No hay excusas.
El partido Argentina con Bolivia, es muy factible que tenga miles de espectadores. Es de esperar que esta «locura» e insensatez no ocupen las camas de UTI.
Es preferible estadios vacíos, que hospitales llenos. Aunque usted, Presidente, piense que el fútbol le devolverá una imagen que ya perdió hace un largo tiempo.
