NADA ES VERDAD

Por Dany Wilde.
La derecha creció en los últimos tiempos, dicen algunos analistas por la vía de las redes sociales. Otros aclaran que los gobiernos populares ayudaron a la derecha por sus internas incesantes, pero existe un tema con escasa prensa, y este es la posverdad.
Hoy en el parlamento o en los medios, los dirigentes pueden decir cualquier cosa y todo esta bien. Si insultan nada pasa, más que el ruido mediático; si el insulto es permanente los abogados entran a la cancha para desviar la atención de la opinión publicada, y por detrás el gobierno de turno esconde una gestión contraria a los intereses populares.
Antes de llegar a la posverdad hay que explicar que el sistema de medios que pulula en el planeta se compone de la siguiente manera: Hoy en el mundo occidental existen 1.500 diarios, 1.100 revistas, 9 mil estaciones de radio, 1.500 canales de televisión y 2.400 editoriales. Todo esto controlado por seis transnacionales.
En criollo, la posverdad es la mentira. En términos intelectuales, es el arma de desorientación masiva de la opinión pública que emplean los medios hegemónicos y los líderes políticos. Aram Aharonian en su obra ‘El asesinato de la verdad’ dijo que: “Por primera vez la posverdad la utilizó Steve Tesich en 1992 en la revista ‘The Nation’, -refiriéndose a las mentiras sobre la primera guerra del Golfo Pérsico-: “Nosotros como mundo libre, hemos decidido libremente que queremos vivir en una especie de mundo de la posverdad”, es decir, un mundo en el que la verdad ya no es importante ni relevante. Aquella metáfora en la película ‘The Truman Show’, por lo cual un hombre es solo parte de un reality show dentro del cual cree haber nacido y vivido toda su existencia, que funciona según un guión ajeno que desconoce, nos recuerda algunos pensamientos borgeanos acerca de -si no seremos un sueño soñado por Dios-, solo que, en este caso, seríamos un sueño inventado por los medios masivos de comunicación.
Alejandro Teitelbaum afirmó que se pueden manipular, omitir, tergiversar o falsear datos de todo tipo. Al tiempo que opinadores mediatizados predican distintas variantes del, ‘no hay alternativa’. Ejemplo: se oculta la verdadera naturaleza del conflicto en Siria, llamando rebeldes a los terroristas bien equipados por Occidente; a los ataques aéreos de Estados Unidos se los denomina -apoyo aéreo- y a los aviones rusos -masacre y genocidio-.
La posverdad histórica puede ser la revolución libertadora que nos liberó de un gobierno democrático que se lo llamó tiranía. Los nazis que entraron con los conservadores se lo adosaron a Perón, la revolución argentina de Onganía que solo eran conservadores militares que no revolucionaron nada, el empresario que no roba, Cristina la ladrona, y un sinfín de incongruencias que la derecha repite y replica por los medios hegemónicos para que el cerebro del ignorante capture y repita en el bar, en el trabajo y en su casa.
De todas maneras, la posverdad tiene un antídoto, y este es, la inteligencia. Ningún ser humano inteligente puede repetir a voz en cuello que el peligro es Cuba y no Estados Unidos. Nadie con dos dedos de frente puede aplaudir el gobierno de Macri y sancionar al de Néstor, por eso la posverdad es patrimonio exclusivo de los ignorantes. ¿No le parece?




