Varados y enojados.

Por Margarita Pécora B. –
Mi primera impresión luego de analizar hoy las tendencias mediáticas, era que alcanzaría relevancia la exitosa intervención quirúrgica realizada al Papa Francisco, o la elección de Elisa Loncon, primera mujer mapuche que asume la presidencia de la Convención Constitucional en Chile, pero otro tema sigue repicando en el tablero mediático y peleándose los espacios principales; es el de los argentinos varados en el exterior.
Decir que están muy enojados los viajeros argentinos que quedaron varados en distintas partes del mundo, suena redundante. La imposibilidad misma de movilizarse para retornar al país por causa del Decreto de Necesidad y Urgencia que prorrogó hasta el 9 de julio el cierre de fronteras, debido al peligro de entrada de la variante Delta del coronavirus, representa hoy una verdadera odisea para estas personas.
Independientemente de la razón o motivo por el que viajó cada cual, y más allá de quienes afirmen que una cifra superior al 50 % lo hizo en calidad de turistas, con la sola intención de vacunarse en Miami, hay muchos argentinos/as que viajaron a la Florida y a otros destinos del mundo, por diversas razones, algunas de trabajo y otras de índole personal; pero ahora todos por igual enfrentan el cierre de fronteras que reduce a solo 600 pasajeros por día el arribo a la Argentina, lo cual impacta severamente en la economía personal, por los gastos no planificados para mantenerse por más tiempo de lo previsto, sobre todo en esos lugares caros, como Miami, por solo citar un ejemplo.
Tampoco se puede afirmar que turistas y no turistas, que se movilizaron en medio de la pandemia, desconocían el riesgo al que se exponen con medidas de cierre de fronteras, que dicho sea de paso, no son exclusivas de la Argentina, porque las han aplicado varios países europeos. Esto hace que una parte de la opinión pública no se solidarice del todo con los varados que se fueron a vacunar a Miami justo cuando la Argentina pisó, y muy fuerte, el acelerador de la vacunación, por lo que llegan varios vuelos con vacunas de distintos laboratorios, sumado al inicio de la fabricación de la Sputnik V en el país, de modo que no se justificaba del todo un viaje al extranjero a buscar lo que acá ya tenían asegurado.
Pero independientemente de estos contrapuntos, hay que reconocer que es muy angustiante estar impedido de volar a casa, quedando sometidos a la incertidumbre sobre la fecha del retorno. Esta situación coloca al gobierno nacional en una verdadera encrucijada y da pasto a medios de comunicación adversos, como La Nación, para que instale la alarma de que estos viajeros “podrían pasar hasta 5 meses varados”.
La problemática está repercutiendo negativamente en la imagen del Poder Ejecutivo, en los umbrales de un proceso electoral, donde la oposición, de manera oportunista, arremete contra el gobierno y lo tilda de incapaz.
La prueba de esa ofensiva opositora, es el Habeas Corpus que presentó JxC el pasado jueves, pidiendo que se declare la inconstitucionalidad de las restricciones a los vuelos. El documento lleva la firma de Waldo Wolff uno de los macristas más belicosos, seguido de Fernando Iglesias, entre otros. Ellos calculan que son más de 42 mil argentinos los varados en el exterior, y creen que esta medida traduce incapacidad del gobierno para controlar y conseguir vacunas.
Por supuesto que ninguno apela a la responsabilidad social colectiva, ni menciona la cepa del virus que se busca evitar que entre a la Argentina. Solo les importa colocar al Poder Ejecutivo en el rol de verdugo.
A esta arremetida contra el gobierno, se sumó la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo -FAEVYT- reiterando el pedido de una mesa de trabajo urgente con Santiago Cafiero, el Jefe de Gabinete de Ministros, para destrabar la situación de los argentinos varados.
La FAEVYT argumenta que “las nuevas restricciones a los viajes dificultaron al extremo el trabajo de las agencias de viajes y turismo, colapsando la capacidad de atención y generando una situación insostenible para el sector”.
Tal es el panorama de confrontación que enfrenta el gobierno, tratando de preservar al pueblo argentino de complicaciones con una nueva cepa que, de propagarse, podría echar por tierra todo el terreno ganado con estrictas medidas sanitarias.




