MEJORAR ES NECESARIO

Por Wally Crock.
La predica que se hizo carne en el 2016 “a volver, vamos a volver…”, dejó de ser utopía con el slogan “Hay 2019” cuando hasta los propios hablaban del 2023 (inclusive es entendible porque no se vislumbraba lo desastroso que podía llegar a hacer el Presidente Mau, el único en perder elecciones ocupando el ejecutivo nacional en la historia de nuestro país).
El momento clave llegó en el 2019, cuando se le dio una vuelta de tuerca a la frase inicial para bajar a tierra el concepto “Volver mejores”.
Con la esperanza del cambio de Gobierno y la alegría de que nuevamente el peronismo vuelva a tomar las riendas no entramos en discusiones acerca de si ser mejores que Macri, o ser mejores de lo que fuimos en el último gobierno de Cristina.
En menos de un mes cierran las listas para las próximas elecciones y ahora sí, es momento de replantearse ello.
Hay una danza de nombres que circularon por muchos portales pero ninguna confirmación oficial. Existe el trascendido de que el oficialismo, como el equipo de fútbol que va ganando espera que sea su rival quien haga el primer cambio para reacomodarse, en ese sentido si la mediática Bullrich juega en capital, el oficialismo pondría a otro que se mueva con frescura en los medios, y suena Leandro Santoro. Si por caso, Juntos por la Negocio opta por Vidal se habla de medir a una persona con menor proyección como podría ser Cecilia Nicolini.
En el primer ejemplo, Santoro saldría a debilitar a Bullrich porque ella se ve candidata en el 2023, mientras que en el caso de la ex Gobernadora no le pondrían alguien para que “raspe” sino para posicionarse porque su candidato natural sería Horacio Rodríguez Larreta en los comicios presidenciales.
Rosca y arquitectura electoral, algo que dejamos un momento de lado desde este espacio para volver a hablar de lo fundante. Primero la patria, después el movimiento y por último los nombres.
A diferencia de lo que buscaron instalar, y lograron en buena parte los candidatos respaldados por los medios hegemónicos, el Peronismo no es un gran relato. Los grandes relatos son los que se conocen en el mundo: comunismo, capitalismo, socialismo.
El peronismo es un relato nacional y popular, no existe un movimiento tal en otra parte del mundo sino que en palabras del general es una manera de entender la realidad Argentina.
¿A quién golpea esto? A las multinacionales, sus lobbys globalizados, y cadetes con cargos políticos que venden futuro con un aroma a lo internacional como progreso. Es así como ahora se habla de que los jóvenes son ciudadanos del mundo y militan el exilio, que te podés desarrollar en cualquier parte del globo como en tu casa gracias a internet, etc, etc.
Esto no fue de la noche a la mañana sino que comenzaron por cosas mínimas, inclusive llegaron a poner animalitos en billetes.
Como no pueden plantearlo de esta manera, proyectan en el otro lo que hacen. Por eso el peronismo es un “relato” cuando les encantaría que lo fuera, y la última: en estas elecciones votamos democracia o dictadura, cuando les encantaría que el Presidente use botas.
Mejores que la oposición, es fácil. Macri dejó una vara tan baja que todos le disputan poder, la interna en Juntos por el Vamos es una representación de ello (al final probablemente se unirán, es política. Pero cuando esto suceda no es probable que el peor Presidente democrático lleve la batuta y allí está la cuestión).
Cuando el Frente para la Victoria se dispersó tras la derrota, Cristina seguía liderando. Aunque perdiendo sóla arrastraba más votos que el resto y sin ella era imposible volver. Sin embargo, el Pro no depende de “ojos de cielo”.
Votarla a Cristina simbolizaba optar por la ampliación de la clase media, bajar la tasa de pobreza, erradicar el hambre, los jubilados con una mínima de 483 dólares al oficial del momento.
Inclusive votar a Alberto Fernández con todas las críticas en economía es votar por vacunas.
Pero no hay nada que agradecer a miembros del frente que sólo ocupan un cargo, si los funcionarios que no funcionan se les busca un laburito en elecciones sólo por ser mejores que el macrismo es una falla grave para el 2023.
Entonces hay que volver mejores de lo fuimos y no que ellos. Si jugamos en respuesta a lo que jueguen se puede ganar pero va a ser insustancial.
En entrevistas con legisladores planteamos esta situación de una acefalía de peronismo en la oposición de la Ciudad, porque es momento de hablarlo y porque esto tiene que salir de adentro. Es el debate que debe darse para no llegar a unas elecciones con Scioli y Zannini.
Estamos fuera de la rosca, en un año donde no hay militancia en la calle tengamos un espacio de diálogo radial.
Que el peronismo tome protagonismo no es una posibilidad, es una necesidad.




