SANTIAGO CAFIERO: EL MÁS CARETA.

Por Carlos Galli.

Va directo, sin signo de pregunta.

Sos el funcionario que menos funciona.

El Jefe de Gabinete, expresó que solo 330.000 personas esperan la segunda dosis. Para el «fachero» ministro, las personas son una estadística. No Cafiero, NO son estadísticas, son seres humanos.

Usted ofende al pueblo, a los ciudadanos. Se caga en la gente. Le importa un bledo que tenga que esperar la segunda inoculación. Usted ministro, es como los sepulcros, blancos y limpios por fuera, pero por dentro, está lleno de miserias y podredumbre.

En mi opinión, es lo peor del gabinete ministerial.

¿Cuál es su lucha en el campo popular?

¿Qué hizo o hace por los pobres?

¿Qué méritos tiene para ser el Jefe de Gabinete?

¿Qué hizo en el peronismo?

¿Dónde militó?

Son tantas las preguntas, que aburría a los lectores.

Cafiero usted es un mortal, con una pequeña dosis de poder, que felizmente, tiene fecha de vencimiento. Es de esperar que esa fecha, sea pronto.

Ni siquiera se sonrojó cuando dijo semejante barbarie.

Pida disculpas a esas 330.000 personas, claro si su soberbia y vanidad, se lo permiten.

Usted está años luz de ser un revolucionario. No tiene ideales y sus convicciones, son como el aire, no se puede ver. Es un «dirigente», que ocupa un despacho que no merece.

Hay un dicho popular que expresa: «A cada chancho le llega su San Martin». Sin dudas, llegará el suyo.

Tal vez no sea oportuno hacer cambios en el gobierno, por las próximas elecciones. Pero estoy convencido que, después de noviembre va a tener que buscar laburo. No califica ni para ser funcionario, ni le da el pinet, para ser peronista. No tiene pasado de lucha, ni actualidad combativa.

Es difícil describir que es. Lo más cercano que se me ocurre, es un yupi del país del norte. Y me da la impresión, que no puede combinar el shampoo con la crema de enjuague. Lo digo por el despelote que tiene en sus «desprolijos» cabellos. Parece un pelilargo de la década del 80, queriendo parecer popular, algo que no lo será nunca. Tiene menos calle que Venecia. Para ser peronista hay que haber puesto el pecho ante los atropellos de la derecha reaccionaria. Haber pisado barro y padecer cárceles, torturas y hambruna. Lejos está de haber padecido algo de todo esto.

Nuevamente, pida perdón a esas personas, a las cuales tal vez sin querer, las insultó espiritualmente. Todos ellos merecen un trato, como mínimo, de respeto. No son un número frío y una mera estadística y tampoco un mero censo burocrático.

Cafiero, sea menos careta, de un paso al costado y permita que alguien con corazón, y agallas, ocupe su lugar. No tenga temor, seguramente, encontrará palenque dónde rascarse. Anímese, las 330.000 almas, de alguna manera se sentirán mejor, sin verlo en el poder.