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DANIEL BRIÓN: El bombardeo de los traidores.

Por Gabriel Russo.

Durante una amplia charla con Comunas, el Historiador, Escritor e hijo de Mario Brión, uno de los fusilados en los basurales de José León Suárez entre el 9 y 12 de junio de 1956, aporta detalles del Bombardeo a la Plaza de Mayo, a 66 años de ocurrido el hecho que dejó como trágico resultado 364 ciudadanos, hombres, mujeres y niños muertos, más un saldo adicional de 800 heridos y dos mutilados. Fue tremendo -expresó Brión y explicó la saña con que actuaron los traidores al peronismo para sembrar pánico en la población-.

-Vos eras muy chico, pero te habrá contado tu madre ¿Cómo se vivió en tu casa ese día de junio?

“Tengo memoria de lo que pasó de los fusilamientos porque no solo me lo contó mi madre sino que me dediqué a investigarlo e hice un libro sobre ese tema, y en relación al bombardeo y ametrallamiento que hoy se recuerda también”.

A propósito Brión recordó:

“A las 12 y 40 del 16 de junio de 1955 se lanzó la primer bomba sobre la Casa Rosada, bombardeo criminal de los sublevados lanzando al final del día 14 toneladas de explosivos y también en oleadas sucesivas, bombardearon a la población civil en las alrededores de la Plaza de Mayo porque también apuntaban a otros blancos estratégicos no solo a la Rosada, apuntaban a la Policía Federal, a la sede de la CGT y a la residencia presidencial que, para aquel entonces, estaba ubicada donde hoy se encuentra la Biblioteca nacional -precisó-. Por supuesto luego de haber sido del gobierno del general Perón fue derrumbada la residencia presidencial y empezó en Olivos”.

“Uno de los aviadores que volaba estos aviones asesinos fue Miguel Ángel Zabala Ortiz, él y otro de los que piloteaban luego de haber ametrallado, se fueron y escaparon hacia las costas uruguayas a aterrizando con la señal de Cristo Vence en el fuselaje de los aviones porque estaban apoyados por las cúpulas de la Iglesia argentina en aquel momento representada por el Monseñor Tato y Novoa que habían llegado hasta el Congreso quemando banderas por el tema de que eran antiperonistas -aclaró Brión- cualquier cosa les venía bien, representaban a la más rancia aristocracia antiperonista que existía en ese momento”.

“Esta grieta no es cosa de ahora -apuntó- la crearon los de la Fusiladora y se encargaron de ir profundizándola. La historia argentina desde la Vuelta de Obligado, siempre tuvo en Montevideo, el lugar para que se escaparan los traidores”, -y puso ejemplos de esos traidores de antes y de hoy que allí se refugian y continuó narrando-:

“Una veintena de aviones que salieron de la Base Naval de Punta India y del Aeródromo de Morón, fueron directamente a bombardear la Plaza de Mayo y los comandos civiles que apoyan a los militares en este intento de golpe cívico militar, atacaban a peronistas ametrallando las calles y los aviones asimismo además de tirar las bombas, antes de soltarlas sobre la plaza, ametrallaban desde el aire todas las rutas que venían por Ave de Mayo, del Libertador, 25 de Mayo que entraban en diagonal, a diestra y siniestra a una ciudad abierta sin siquiera contemplar que era la hora que salía la gente de su trabajo para ir a almorzar o sentarse en la plaza, que los micros de las diferentes escuelas llevaban a los alumnos a conocer los edificios”.

“Hubo niños también masacrados por bombas arrojadas por los aviones. De esa manera 364 ciudadanos, hombres, mujeres y niños cayeron muertos, más un saldo adicional de 800 heridos y dos mutilados. Fue tremendo, fue el bautismo de fuego de nuestra aeronáutica y fuerza aérea naval. No fue Malvinas. Fue bombardeando a su pueblo en Plaza de Mayo” -se lamentó-.

En otra parte de su narración, el historiador se refirió a quienes estaban a la cabeza de la operación:

”El contraalmirante Samuel Toranzo Calderón como Jefe del E. M. de infantería de Marina y los jefes de aviación naval, los capitanes Noriega y Basi, el capitán de navío Jorge Argerich. El plan era bombardear a la Casa Rosada porque lo querían matar a Perón, tenían tan poco de lo que debe tener un hombre -graficó Brión-, mientras hacían galas de lealtad al general y a la democracia. No era matar a Perón el objetivo, era sembrar terror- definió Brión, eso era lo que querían sembrar. Eran 300 infantes de marina apoyados por civiles en las calles, que estaban a ametrallando y no creo que confundieran a un obrero o empleado que estaba con su alimento almorzando. Matar a Perón era una excusa que luego pusieron, era sembrar miedo a la población para después dar el golpe de la manera que lo pudieron dar” -indicó-.

-Confírmame si también estaban metidos algunos civiles por ejemplo Felipe Joffre, Rosendo Fraga, Mariano Grondona…

“Esos fueron los comandos civiles que ametrallaban y tiraban a la gente -afirmó-. El Ministerio de Marina es tomado por estos soldados y oficiales y traidores y desde allí abrían fuego contra las fuerzas leales, oh casualidad, que las fuerzas leales estaban dirigidas para rescatar y repeler los ataques desde el Ministerio de Marina por el General Juan José Valle y él y otros oficiales se dirigen al Ministerio a parlamentar con instrucciones de ser tolerantes. Cuando la comisión de ellos se acerca al edificio, desde allí enarbolan una bandera blanca para que pudieran subir a dialogar y cuando están subiendo las escaleras, por la mitad, guardan la bandera blanca y arrancaron con las ráfagas de ametralladora, cayendo varios compañeros en ese acto”.

“No obstante -prosiguió narrando-, el general Valle con su wínchester 4440, y lo menciono con emoción porque yo lo tuve custodiado durante más de 30 años en mi casa, además del sable. Con el wínchester consigue que se rindan y los conspiradores yo creo que nunca van a olvidar este hecho porque ahí es donde salen las balas que después van a terminar fusilando al general Valle el 9 de junio del ‘56. Nunca le van a perdonar haberse tenido que rendir con la indignidad con que se rindieron porque así como Olivieri se rinde y entrega, Gargiulo toma un arma del escritorio y se suicida antes de que puedan llevarlo prisionero”.

Reflexionando sobre las acciones judiciales contra los culpables de esta masacre, Brión señaló:

“Tanto se hablaba de la represión del peronismo y a ninguno de esos se los fusiló, se fueron encarcelados después de un juicio y por supuesto liberados al volver la Libertadora a pegar un golpe”.

-Muchos marcan este aspecto como “error” para Perón ¿Vos que pensas?

“Perón siempre entre la sangre y el tiempo, prefirió el tiempo” -acotó Brión-. “También es cierto que en la CGT nadie le dio la orden de salir. Los que lo hicieron se jugaron la vida y muchos murieron en la Plaza de mayo, la desfachatez de esa gente es que habiendo sido sofocado ese movimiento en el Ministerio de Marina, toman la Radio Mitre y lanzan una proclama” –recordó Brión- y dio lectura a la misma, para luego analizar:

“Justo los asesinos del pueblo que acababan de ametrallar a la ciudad y al pueblo hablaban que estaban “al servicio de la libertad”, la desfachatez”.

-Grondona se anotó en todos los golpes…

“Ante la alusión, Brión enumeró a quienes estaban también confabulados: Emilio Massera, Pedro E. Aramburu, Isaac Rojas”.

-Isaac Rojas había recibido un Premio a la Lealtad Peronista…

“Y cuando estuvo destacado en Brasil exigía que todos tuvieran el carnet de afiliado peronista si no, les aplicaba sanciones”.

“Luego intervienen la CGT, el Partido peronista y cuando triunfa ya el septiembre con la autodenominada Revolución Libertadora, se dedican a perseguir peronistas, hacen desaparecer el cadáver de Evita, anulan todos los derechos alcanzados por el primer peronismo, la Constitución del ‘49 con todo lo que se había incorporado en derechos del niño, de la ancianidad, la tierra y la soberanía argentina sobre los recursos naturales, los trabajadores, etc., por un bando militar. Duele mucho después como peronista cuando se reunieron Alfonsín y Menem para reformar la Constitución, que hayan nombrado todos los pactos internacionales y no se haya mencionado como fuente ni un solo artículo de la Constitución del ‘49 -se quejó Brión-. Eso lo tenemos que arreglar, fue culpa nuestra que debería haberse impuesto reincorporar el artículo 49 de la constitución”.

“Como corolario de esto, resumió Brión, el triste recuerdo: Zabala Ortiz fue uno de los que piloteaba los aviones asesinos y que se escapó a Montevideo (Uruguay). Años más tarde, como premio, supongo, el demócrata viejito bueno, Arturo Illia lo nombra Ministro de Relaciones Exteriores y siendo ello es encargado de frustrar el primer intento de retorno de Perón a la Patria cuando le exige al gobierno brasileño en 1964, que frene el avión y lo haga retornar a Madrid para no permitirle pasar a la Argentina”.

“Como segundo hecho llamativo, La Alianza, un gobierno que presidió De La Rúa, le puso el nombre de “Miguel Ángel Zabala Ortiz” a la plazoleta justo en pleno centro de la Capital Federal, y esa fue una de las rutas que seguramente ese hombre sobrevoló ametrallando antes de tirar la bomba en Plaza de Mayo” -finalizó el peronista-.

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