SEAMOS BUENOS ENTRE NOSOTROS

Por Wally Crock.
Un compañero dijo una vez que increíblemente es lo bueno que tiene la militancia peronista, lo que la termina perjudicando.
No es recíproco el trato recibido cuando el movimiento es oposición, al que siendo oficialismo se le da a la oposición.
De allí que sonaba raro que el macrismo hable de revancha en el 2016, cuando con el kirchnerismo las empresas incluido los agroexportadores habían cosechado una gran riqueza (menos de la que podían llegar a estimar, pero sin pérdida alguna).
El sello opositor que otrora fuera Pro, luego Cambiemos, ahora Juntos por el Cambio y ya se habla de un nuevo nombre, son sólo representantes del poder real encarnado por algunas multinacionales y dentro de ellas la de medios audiovisuales. Principalmente por una fundada por un funcionario infame-desarrollista que llegó a simpatizar por Perón, y su relación extramatrimonial, quien fuera amante hasta poder contraer nupcias vía México con el hacendado Noble. Tras su muerte, la primera esposa decidió dejarle lo que fue su pasatiempo en vida a Ernestina quien supo rodearse del verdadero poder.
Trascendió la información acerca de las empresas dueñas de la TV paga en América Latina, donde encabeza Televisa y América Móvil con un 18%, le sigue Directv con un 15%, y detrás quedan Telefónica y Clarín con un 5%, el porcentaje restante se divide en empresas más chicas.
Pero es engañoso así detallado, como cuando decían que el ranking de casos de covid lo lideraba la Provincia, seguido de Capital, tercero Córdoba, y cuarto Lugano, como si el cuarto no fuese parte del segundo.
En el caso de las cable operadoras, o TV satelitales, Clarín desde el 16 de noviembre del 2000 es accionario de Direct TV. Por lo cual sumadas las dos empresas que tienen la misma bajada, el grupo es dueño del mercado latinoamericano de televisión paga.
Ahora bien, desde este espacio siempre se criticó los tiros al pie que pudiese darse el Gobierno que apoyamos como el tan mentado Vicentin, Hidrovía, o la deuda repentina que impulsó la AFIP a los monotributistas, etc.
Pero también se realiza la defensa de los ataques sistemáticos recibidos por parte del poder real.
He aquí la frase citada al principio, esto de que la militancia reivindica el hecho de ser mejores y el fin noble (en el mejor sentido, no Roberto) de querer construir una patria inclusiva con aquellos que critican indignamente.
La deuda repentina de los monotributistas con la AFIP es un ejemplo porque fue una medida completamente desatinada, de un día para el otro cuando el impuesto a las riquezas se tardó un año en reglamentar, en la semana donde los diputados se aumentaron el sueldo. Sin embargo, ya ingresó en el Congreso un proyecto para su corrección donde no sólo no se pagaría la deuda sino que habría un paquete de alivio fiscal para este sector de la economía. Y finalmente se pudieron agrandar las arcas del Estado con el cobro mayoritario del Impuesto a las Grandes Fortunas.
Pero los medios que reivindicaban que Macri “reconozca sus errores y de marcha atrás con algo”, carga sus tintas contra este gobierno. Y en el afán de querer ser buenos, nosotros a veces también cargamos nuestros facebooks, whatsapp, donde podamos. Pero por esto de querer ser buenos a diferencia de los otros, nos pasamos tres pueblos y terminamos uniéndonos al poder real en las críticas.
El reclamo termina cuando el Gobierno da marcha atrás a la medida antipopular.
En la semana donde arribó el cargamento de Moscú para fragmentar la vacuna Sputnik en suelo patrio, recibimos al Presidente de Gobierno de la madre patria y Alberto Fernández, el poeta impopular (como lo llama Asís), decidió comentar que los argentinos venimos de los barcos para congraciarse con “el gallego”. ¿Venimos de ustedes, será?
Pésima frase. Llama la atención como caló hondo en los medios decir que los brasileños vienen de la selva y no reconocer que nosotros no venimos de los barcos, que tenemos un porcentaje importante de los pueblos originarios. Esto fue algo aprendido en una entrevista realizada a una historiadora aquí en Comunas AM cuando Mauricio Macri, recibió a su querido rey y le dijo que acá éramos todos descendientes de españoles e italianos. Algo parecido, pero si no lo recuerda es porque Macri no es peronista y los medios hablaron de las olas migratorias en lugar de horrorizarse.
Nada se habló de que el español Sánchez dijera que no podía ser un impedimento haberse dado la Sputnik para ingresar a España, algo que tanto se insistió desde los canales, radios y diarios. Pero no hablamos de eso, ni de que el representante de Pfizer fue al Congreso a decir que en realidad el contrato no se firmó porque su empresa se opuso a aceptar una posible negligencia, y que además preveía una cantidad de dosis mucho menor a la que la oposición adjudicó que iba a entrar si el Estado no se hubiese opuesto. Tampoco hablamos de que el Gobierno de la Ciudad negocia traer dosis desde China, más precisamente de la empresa Cansino porque Pfizer no le vende.
Se les mancó el caballo del comisario, y se encontraron con otra cuestión para poder criticar: el error del Presidente Fernández. Estaría muy bien que intente escribir lo que va a decir, pero que es ínfimo al lado de lo que está pasando.
Es preferible antes que esperar las dádivas de Estados Unidos, producir dosis criollas.




