PARA TENER EN CUENTA

Por Bret Sinclair.

Mientras la segunda ola del maldito virus arrasa con América Latina el público observa diferentes postales del sistema político.

Por un lado un ex presidente que batió records en vacacionar durante su gestión mintiendo hacia los cuatro puntos cardinales y en el otro extremo encontramos al actual presidente que no descansa en conseguir vacunas para que no mueran más argentinos.

Y esta idea no es antojadiza, ni es partidaria, es objetiva. Macri dijo que se iba a vacunar cuando el último argentino se vacune. No cumplió y dice que se vacunó en Miami. En ese lugar, en esa farmacia, lo desmintieron. Nadie con dos ideas en la cabeza puede creer que Macri y sus seguidores más cercanos no se hubieran vacunado antes. Recordemos que de las vacunas entregadas a Larreta había un faltante de 28 mil.

Mintió antes y después. Pregunto ¿es igual este dirigente que dijo que deben morir los que tengan que morir, que el trabajo es un concepto que no maneja y que, al decir de su madre, desconoce la verdad, es igual al actual presidente?

Alberto Fernández tiene problemas en la conducción política, no es un peronista de la primera hora y acuerda demasiado, pero a favor se levanta muy temprano, se acuesta muy tarde y desde que surgió la pandemia se focaliza en resolver el tema vacunatorio tratando de que la ayuda social llegue también en tiempos que el trabajo escasea.

¿Es igual una ex ministra con más de un muerto en su placard atentando contra la vida de los argentinos como Patricia Bullrich, que una ministra como Carla Vizzotti que se vacunó hace poco tiempo y no descansa para que cada argentino se vacune lo más rápido posible? ¿Es igual?

¿Es lo mismo un ministro de Energía que con ayuda de los diputados tratan de bajar el precio del gas y no aumentar las tarifas eléctricas, que el ministro de Macri que trabajaba para la Shell y que lograron un aumento de 4.000 por ciento de tarifas? ¿Es igual amigo antiperonista?

¿Es lo mismo cobrar los remedios que no cobrarlos? ¿Es igual tener planes de ayuda para la clase baja y la clase media que no tenerlos? y donde Rodríguez Larreta es un fiel expositor. El hombre que el año pasado decía que los chicos tienen que quedarse en casa y no ir al colegio, hoy piensa lo contrario y jamás creó una ayuda para su gente.

¿Es igual una gobernadora que hablaba de la mafia, que era solventada por el juego clandestino, que el actual gobernador bonaerense que no cesa de gestionar? Que desarrolló un tren sanitario, que vacuna tres a uno en velocidad con respecto a CABA, que en lugar de hablar de conseguir la vacuna, fue y la consiguió mientras Larreta recién ahora pretende superpoderes en la Legislatura Porteña para comprar Pfizer. Kicillof no pidió superpoderes, pidió una ley, que no es lo mismo.

¿Es lo mismo ver a Macri recorriendo canales amigos para mentir, que a Cristina en silencio y trabajando?

¿Es igual la justicia amarilla que apresó a inocentes, que el actual gobierno cuyos integrantes no se fugaron en otros tiempos bancando los trapos? Amigo, ¿Es igual Chocobar que no va a ir preso por matar por la espalda, que Milagro Sala que ya cumplió tres años de cárcel por -según el expediente- arrojar huevos? Para una mente al menos clara y sin fanatismo todo no es igual, solo para el descerebrado amarillo vivimos en una dictadura con un presidente corrupto. Insisto, no todo es igual. ¿No le parece?