168 AÑOS DE POBREZA

En la década del 90 le garantizaban a Bolivia, según estudios realizados en 1997, 168 años de pobreza. Un país tan rico era pobre. Un país que cedió la frase a los españoles “te cuesta un Potosí”, porque era la ciudad más rica del continente, era pobre y seguiría siendo pobre. Una colonia donde el gobierno se lo disputaba las familias de la oligarquía, porque el poder era norteamericano hacía sufrir a sus cholas, a sus coyas, a su minoritaria clase media. De golpe en golpe entre familias perversas dejaban un país cada vez más pobre, hasta que llegó Evo.
Morales se llama Juan Evo y se llama así por la admiración de sus padres a Perón y Evita. Evo transformó a una colonia en un país. Nacionalizó los hidrocarburos y a partir de allí los indicadores económicos se transformaron de negativos en positivos. UN indio hizo el trabajo que debía hacer un blanco. En Argentina, un blanco hizo todo lo contrario. La oligarquía no perdonó, al indio boliviano, al blanco argentino sí.
En Argentina un 40 por ciento votaron al blanco y lo perdonaron con frases: es poco tiempo”, se hizo lo que se pudo”, “tenemos república”, y demás sandeces. En Bolivia, ni olvido ni perdón para el indio que visibilizó al pueblo y le otorgó dignidad.
Por eso en Bolivia andan cazando guachos, viajes, pibes, fotógrafos, militantes, docentes, cholitas, indígenas, presidentes, quechuas, aymaras, artistas callejeros y periodistas. Se le andan escapando, narcos, lavadores, saqueadores de riquezas, políticos corruptos, torturadores, explotadores. Eso sí nunca podrán cazar: resistencia, memoria, poesía, música, la marea verde y la canción de todos.




